“Una filiación siempre es múltiple” Derrida
Según Donini, A (2005) la familia, a diferencia de lo que se suele creer, es una institución cambiante. Elisabeth Roudinesco (2003) con su texto “La familia en desorden” pone el acento en los cambios que atraviesa la misma y el lugar que ocupa el deseo en todos esos cambios. La autora se anima a decir que todos y todas, independientemente de la orientación sexual, sexo y género deseamos tener una familia.
Ahora bien, para el común de las personas existe la arraigada creencia de que la familia se inaugura cuando llega un niño. Se desprende así por la vía de un pensamiento que concatena sexualidad/reproducción/crianza que toda pareja sexo afectiva devendrá familia en el momento en que llega un hijo. Y esto puede ser cierto en algunas familias, pero deberíamos cuestionar el común denominador. Principalmente porque retomando a Roudinesco (2003) lo que define y determina las ganas de armar familia es el deseo. Un deseo que no necesariamente se enlaza a tener hijos o a una pareja biparental.
Nos encontramos en un giro interesante en cuanto a los paradigmas que rigen vínculos, afectos, modos de relacionarse y de pensarse. Embestidos por los avatares de una lógica neoliberal que todo lo mide en resultados, individualismos y auto-superación, la familia como lugar de refugio, de elección y de libertad se presenta como algo novedoso y hasta revolucionario.
Desde el lema la maternidad será deseada o no será, me aventuro un poco mas allá y propongo: La familia será deseada o no será. Porque la sangre o los genes nos relacionan a personas que podemos considerar parte de un sistema de parentesco, pero quizás no familia. Diversos estudiosos de la antropología del parentesco (Needham,1971;Schenider,1971;Strathern,2005,Bestard,2009) postulan el giro que ha tenido la concepción del parentesco desde una perspectiva clásica a una constructivista
Este fin de semana tuve el gusto de participar de un evento coordinado por una ONG llamada Growing Families. La misma se dedica a acompañar, asesorar y psicoeducar a personas y parejas que desean acceder a la parentalidad por medio de la Gestación por Sustitución en Australia.
Australia permite la Gestación por sustitución de modo altruista garantizando a todas las partes la apertura y el contacto fluido durante y luego del nacimiento del niño o niña con la persona gestante. Estuvieron presentes diversos actores, pero tuve el placer de coordinar dos paneles que a mi criterio me han enriquecido plenamente. En el primer panel pude escuchar de primera mano a hijos de donantes y gestantes hablando de su experiencia y de cómo fue para ellos y ellas que su madre gestara para otras personas.
Hay muy poco hecho en hijos/as de gestantes en tanto conocer su experiencia, el impacto subjetivo y cómo es el vínculo que tienen estos niños/as con las familias comitentes. Sorprende escuchar a estos niños con la naturalidad, simpleza y amorosidad que hablan de la experiencia.
Recuerdan momentos complejos donde su madre no pudo dedicarles el tiempo deseado pero sostienen que la experiencia los ha enriquecido y sienten profunda admiración por sus madres. En tanto al uso del lenguaje, llaman a los niños gestados por su madre como primos de la panza, primos, bebe. En ningún momento piensan a ese niño como un extraño, alguien que no tiene relación con ellos; todo lo contrario ese bebe y esa familia comitente pasa a ser parte de una gran familia. Lo que une a esa familia según estos niños es el amor.
Este relato, no obstante, es una parte de la historia. Existen historias de vulneración constante de derechos, donde la voz de estos nacidos es silenciada así como la de sus madres y donde el vínculo no solo con la familia comitente sino luego con el nacido es nulo. Es en estos casos donde debemos poner sobre la agenda una discusión honesta, abierta y libre de moralismos de modo de poder pensar una participación activa del Estado y los actores involucrados de modo que puedan regular lo que hoy se encuentra librado a un contrato entre partes.
Puedo decir que cuando esta práctica se lleva a cabo con deseo, respeto, reglas claras, información y autonomía una forma de familia emerge allí.
Del otro lado estuvieron los nacidos por GS y donación de óvulos. Todos. conocen y tienen vínculo con sus gestantes y sus familias. La llaman tía en casi todos los casos. Se perciben primos/as de los hijos de las gestantes y en todos los casos creían que su familia se amplió.
Las reflexiones de estos adolescentes nacidos por GS y donación de gametos fueron tratar el tema con apertura, honestidad, sin tabú ni vergüenza porque nada tiene de malo nacer de este modo. Para ellos, es un plus tener familia ampliada. Para ellos los genes, el amor, la elección, el deseo hacen familia.
Un fin de semana donde queda mucho por aprender. Pensarlo en un contexto latinoamericano cuesta porque la población y sus necesidades son otras, pero quizás podemos comenzar a contemplar que nunca está bueno tapar el sol con la mano.
Lic. Mariela Rossi
Socia fundadora de Entrhama