Acompañamiento
psicológico

Nuestro acompañamiento psicológico se centra en los procesos emocionales que atraviesan las parejas, familias, personas durante los tratamientos de reproducción humana asistida.

Ofrecemos consultas psicoeducativas y terapéuticas. Ofrecemos un espacio seguro, agradable, contenedor y abierto donde se puedan tomar decisiones sobre diagnósticos y tratamientos de reproducción humana asistida, así como procesos importantes como el embarazo, la lactancia y el puerperio, entre otros temas.

Formamos un sólido equipo profesional que incluye, contiene y acompaña a personas y familias a comprender mejor las distintas opciones en TRHA para tomar las mejores decisiones para cada caso.

Historias reales

Natalia

Gerente en una
empresa multinacional
44 años

Cuando llegué a Lud en el 2017, ya hacía 4 años que estaba en la búsqueda de un embarazo. Ya había hecho una fertilización de baja complejidad y dos ICSI. Me sentía perdida, enojada, triste, desmotivada, insegura, poco merecedora entre otras cosas. Fue un proceso largo de mucha exploración y autoconocimiento, de abrirme a experimentar y sentir, a indagar y observar. Llegó el embarazo con el cuarto ICSI pero se detuvo en la semana 7. Lud me acompañó amorosamente y aún hoy lo sigue haciendo, con muchas herramientas que me ayudan a abrir espacios y posibilidades, con mucha intuición y empatía, con tanta amplitud y respeto. Transité muchas versiones de mi misma en todo este tiempo y doy gracias por tener a Lud en mi vida mostrándome caminos y formas nuevas que puedo elegir para seguir creciendo, poniendo luz en lo que está bueno ver. Hoy me siento completa, y no, no tengo hijos todavía. Me siento feliz y agradecida por mi vida, por todo lo que viví que me permitió aprender tanto, en constante evolución y cambio, enraizada en el presente y la vida que se me propone y con ganas de seguir creando a la mujer que quiero ser. Profundamente agradecida a Lud por su acompañamiento en este proceso.

Ser madre fue un proyecto que siempre tuve. Desde chica me propuse estudiar, cumplir con mis metas laborales y luego ser madre. Luego de casarnos, con mi marido empezamos un camino de búsqueda acompañado de todas las emociones que lo habitan: miedo, ansiedad, alegría, esperanza, fe… Cada vez era ver si había o no un bebé en camino. Fue así como pasó un año.

Al hacer todos los estudios, nos enteramos de dos diagnósticos que nos dificultaba generar un embarazo espontáneo. Así fue como, luego de que un médico nos diga que nos olvidemos y empecemos con los trámites de adopción, hicimos un primer tratamiento de fertilidad el cual resultó positivamente. Ese primer embarazo nos llenó de toda la esperanza de que sí íbamos a poder vivir la experiencia de estar embarazos. Lamentablemente, lo perdimos a las 7 semanas. Sin embargo, comencé terapia con la especialidad en fertilidad y mi vida cambió. Realmente, este espacio fue poder encontrarme, ver mi cuerpo, sentir todo lo que había ignorado, darle lugar a ese embarazo perdido, reconocer que fue mi primer hijo no nacido. Un duelo que recién lloré en la ducha un año después. Gracias a Ludmila.

Luego de un año volvimos a hacer otro tratamiento el cual no resultó, pero sí me quedaron 2 embriones criopreservados. Hoy puedo decir, que Gracias al acompañamiento y trabajo que hice con Lu, tengo a mi Bebíta de 8 meses junto a mi. Porque hacer terapia seguro sirve, pero cuando saben del tema, y hablan con conocimiento efectivamente es lo más necesario para uno que ha escuchado miles de mitos como que sos joven, que comas chocolate para ser más fértil.. etc etc. Dar lugar al cuerpo, escuchar al cuerpo es lo que ayuda a aceptar lo que uno vive.

Cecilia

Maestra de Primaria
32 años

Cecilia

Maestra de Primaria
32 años

Ser madre fue un proyecto que siempre tuve. Desde chica me propuse estudiar, cumplir con mis metas laborales y luego ser madre. Luego de casarnos, con mi marido empezamos un camino de búsqueda acompañado de todas las emociones que lo habitan: miedo, ansiedad, alegría, esperanza, fe… Cada vez era ver si había o no un bebé en camino. Fue así como pasó un año.

Al hacer todos los estudios, nos enteramos de dos diagnósticos que nos dificultaba generar un embarazo espontáneo. Así fue como, luego de que un médico nos diga que nos olvidemos y empecemos con los trámites de adopción, hicimos un primer tratamiento de fertilidad el cual resultó positivamente. Ese primer embarazo nos llenó de toda la esperanza de que sí íbamos a poder vivir la experiencia de estar embarazos. Lamentablemente, lo perdimos a las 7 semanas. Sin embargo, comencé terapia con la especialidad en fertilidad y mi vida cambió. Realmente, este espacio fue poder encontrarme, ver mi cuerpo, sentir todo lo que había ignorado, darle lugar a ese embarazo perdido, reconocer que fue mi primer hijo no nacido. Un duelo que recién lloré en la ducha un año después. Gracias a Ludmila.

Luego de un año volvimos a hacer otro tratamiento el cual no resultó, pero sí me quedaron 2 embriones criopreservados. Hoy puedo decir, que Gracias al acompañamiento y trabajo que hice con Lu, tengo a mi Bebíta de 8 meses junto a mi. Porque hacer terapia seguro sirve, pero cuando saben del tema, y hablan con conocimiento efectivamente es lo más necesario para uno que ha escuchado miles de mitos como que sos joven, que comas chocolate para ser más fértil.. etc etc. Dar lugar al cuerpo, escuchar al cuerpo es lo que ayuda a aceptar lo que uno vive.